La Corte de Casación italiana confirmó este jueves la condena a cuatro años de cárcel del ex primer ministro y magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi por fraude fiscal y anuló la inhabilitación a ejercer cargos públicos, invitando a celebrar un nuevo juicio. Berlusconi, de 76 años, que había sido condenado en primera y segunda instancia a cuatro años de cárcel, reducidos a un año gracias a una amnistía, no deberá cumplir la condena en cárcel por razones de edad.
Fue condenadopor fraude fiscal en la adquisición de derechos televisivos para su imperio audiovisual, el grupo Mediaset.
Se trata de la primera condena definitiva para Berlusconi desde que éste se lanzó a la política, en 1994.
Si bien ha protagonizado numerosos líos judiciales, 'Il Cavaliere' siempre se había salvado gracias a prescripciones, despenalizaciones o suspensión de los procesos.
La lectura de la sentencia fue pronunciada tras más de siete horas de deliberaciones a puerta cerrada.
Cientos de periodistas de todo el mundo esperaron durante horas bajo un sol ardiente frente al Palacio de Justicia, mientras Berlusconi se encuentra encerrado en su céntrica mansión privada de Roma junto con sus consejeros más cercanos.
Toda la zona alrededor de su residencia privada, el palacio Grazioli, ha sido cerrada a la circulación, incluso a los peatones, para evitar problemas de orden público.
Fue condenadopor fraude fiscal en la adquisición de derechos televisivos para su imperio audiovisual, el grupo Mediaset.
Se trata de la primera condena definitiva para Berlusconi desde que éste se lanzó a la política, en 1994.
Si bien ha protagonizado numerosos líos judiciales, 'Il Cavaliere' siempre se había salvado gracias a prescripciones, despenalizaciones o suspensión de los procesos.
La lectura de la sentencia fue pronunciada tras más de siete horas de deliberaciones a puerta cerrada.
Cientos de periodistas de todo el mundo esperaron durante horas bajo un sol ardiente frente al Palacio de Justicia, mientras Berlusconi se encuentra encerrado en su céntrica mansión privada de Roma junto con sus consejeros más cercanos.
Toda la zona alrededor de su residencia privada, el palacio Grazioli, ha sido cerrada a la circulación, incluso a los peatones, para evitar problemas de orden público.